Descartan editores que libros impresos corran el riesgo de desaparecer ante el auge de los libros electrónicos

Participan editores en CUCSH en el Conversatorio: “La industria editorial y sus retos”, en el marco de Guadalajara Capital Mundial del Libro

 

El Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), mediante la División de Estudios Históricos y Humanos, en el marco de Guadalajara Capital Mundial del Libro, llevó a cabo en el Auditorio Carlos Ramírez Ladewig del CUCSH Campus La Normal, el Conversatorio: “La industria editorial y sus retos”, en la que se desarrollaron las Mesas de Diálogo: “El presente y futuro del libro y la lectura” y “Profesionalización editorial”.

El Dr. Gabriel Barrón Pérez, Secretario de la División de Estudios Históricos y Humanos, explicó que en las mesas de diálogo “nos daremos cuenta de quienes hacen posible que los sujetos escritores devengan en el objeto-libro, y estos son los editores”. En la Mesa de Diálogo: El presente y el futuro del libro y la lectura” participaron: Mónica Nepote del Centro de Cultura Digital; Sandra Liera, de Paraíso Perdido; Carlos Armenta, de Impronta; y Peggy Espinosa, de Petra Ediciones, quienes fueron moderados por el escritor James Nuño.

Peggy Espinosa expuso que siempre ha sido muy curiosa eso fue lo que la llevó al mundo del libro para saber y responderse preguntas, además que el libro le da “la posibilidad de estar en contacto con otro o con muchos otros. El libro nos hace conversar y para ello es que nos hacemos conversando, y el libro es un soporte donde puedes conversar con muchos, con quienes estaban cerca, con quienes han muerto y con quienes vienen”.

Espinosa comentó que “el libro impreso pertenece a la memoria colectiva, y creo que aunque el libro electrónico tiene una posibilidad de divulgación mayor, pienso que en el caso de los libros de texto cuya divulgación se da por millones y no se si un libro electrónico tenga las mismas lecturas”.

La editora explicó que “en el libro impreso existen muchos territorios diferentes porque existen muchos géneros. Desde ahí creo que hay muchas cosas para hacer un libro como las ideas, el pensamiento, el lenguaje, los gráficos, los textuales, la tecnología y en el cómo lo publicas incide mucho en la práctica lectora”, recalcó.

Por su parte, Carlos Armenta explicó que “hacer libros es para vivir. Debemos identificar que la edición del libro, la producción editorial es una firma de vida que da sentido a nuestro día a día, esto lo hacemos en busca de tener una vida digna. La producción del libro continúa siendo muy importante, pues extrañamente, legitima el conocimiento y también a los escritores”.

Carlos Armenta comentó que “en los últimos años se ha acelerado brutalmente la concentración de los grandes grupos, a partir de la adquisición de las editoriales independientes que le dieron identidad a la literatura en habla hispana. Esto ha ocasionado una precarización muy fuerte en las condiciones de trabajo de los editores, pero también ha provocado que la edición independiente recupere las antiguas formas de edición”. 

En tanto, Sandra Liera detalló que en Paraíso Perdido se dedican “a la publicación de autores noveles que por lo general son primeras publicaciones de autores jóvenes de espíritu. De una manera más romántica, la edición tiene que ver con compartir el deslumbramiento que existe entre editores, es decir, el contacto con manuscritos”.

Sandra Liera explicó que “a pesar de que se vaticinaba el fin del libro impreso hace diez años, en este tiempo ha ocurrido lo contrario pues se observa en las nuevas generaciones un interés de recuperar las formas de producir el libro y al mismo tiempo se ha dado esto de la literatura electrónica que es muy interesante”.

En su oportunidad, Mónica Nepote mencionó que “el libro encarna el tipo de especie que somos, a la cual nos interesa la materialidad, pues el libro es casi un objeto sagrado. También existen cuestiones culturales de peso que lo nombran como una fetichización del objeto, es decir, algo que valida una obra artística. Cuando apareció el libro electrónico, el objeto-libro parecía que se iba a terminar, no obstante, hemos visto que no fue así”.

Mónica Nepote señaló que “los procesos en los que se piensa y se concibe un libro son muy interesantes. Me gusta realzar la importancia que lo digital nos ha permitido recuperar lo que una transnacional nos dice que es. Otra cosa es que debemos darnos cuenta cómo tener las maquinas para volvernos productores y ampliar las acepciones de lo que es un libro y recuperar procesos que aparentemente eran viejos”.

En la Mesa de Diálogo: “Profesionalización editorial”, participaron James Nuño, Editor Independiente; Eloísa Nava, de Penguin Random House y Felipe Ponce, de Arlequín, todos ellos moderados por el Dr. Gabriel Barrón Pérez, Secretario de la División de Estudios Históricos y Humanos del CUCSH.

En su intervención, Felipe Ponce explicó que se hizo editor porque le gustaban mucho los libros de origen, la lectura y por la escuela que “me acercaron a la literatura. En la preparatoria existía una materia de orientación vocacional y ahí estaba la materia de tipografía, diseño, en donde veíamos cosas de tipografía. Al incursionar en talleres literarios comencé con la tarea de ser un lector ávido y por consiguiente en ser selectivo, ya que la labor fundamental del editor es la selección y el saber decir “no”, a los escritos, además de tener mucha claridad”.

Felipe Ponce señaló que posteriormente comenzó a hacer revistas literarias,  “fue muy sencillo, fue muy natural y eso me permitió fundar una editorial en 1994 que hiciera libros con lomo. El tema de la vendimia se da por medio de hacer lecturas promocionales y rolar los escritos”.

Eloísa Nava mencionó que su incursión en el mundo editorial fue por su abuela quien era una gran lectora. “No existió un fomento real para acercarme al mundo literario, empecé a leer por convicción e interés, entré muy fuerte con los autores latinoamericanos y después la vida me llevó a estudiar en el SOGEM por la inquietud de escribir cuentos”.

“Ahí descubrí que el mundo de lo literario me inquietaba mucho, no tenia mayor pretensión, eso me generaba pura inquietud. En ese punto descubrí que detrás de los libros había una labor y busqué la oferta de los estudios que me ayudarían a dar el salto al mundo editorial, el cual es muy cerrado”, comentó.

Eloísa Nava dijo que “buscando encontré una maestría en edición que daba la Universidad Complutense de Madrid, en cooperación con la editorial Santillana. Esa maestría me permitió saber de todo el proceso de la edición. Sin duda alguna eso me abrió la puerta para descubrirlo. Comencé acomodando libros, haciendo la plana, haciendo cuartas de forro y ayudando con ediciones a editoriales que tutoraban”.

En su intervención, James Nuño detalló que ni en la infancia ni en la adolescencia se caracterizaba por ser un gran lector y “fue hasta la preparatoria en donde un evento me hizo tomar un libro por puro placer. Ese fue un cambio en el cuál entendí lo que se podía hacer en un libro. Así comencé a tenerle cariño al libro como objeto”.

James Nuño mencionó que “en la Carrera de Letras todo fue bien. Es en la carrera que tengo periodos en los que soy más autor que editor y otros en los que soy mas editor que autor. En la materia de Diseño Editorial, que me impartió el Dr. José Reyes González, empecé a entender el proceso del libro, el cual uno nunca se cuestiona a menos que estes frente a ello”.

El también escritor comentó que el primer libro que edito fue de Xavier Velasco, “una pequeña novela llamada “Cecilia” y a partir de eso fue que me nació ser editor, y llegue a ser editor de una revista de la Universidad de Guadalajara que se llama “Gnosis”, que es una revista electrónica sobre difusión científica. Así poco a poco adquirí más trabajos del estilo, y por el 2014, después de mi primera novela, es que me enfoqué de lleno en la edición”, concluyó.

 

 

Escrito por: 

 Difusión CUCSH

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