Detener la erosión institucional, vital para mantener el Estado mexicano: Diego Valadés
El déficit democrático, de gobernabilidad y el deterioro institucional son los factores que sociedad y gobierno deben de atajar para mantener la cohesión social y política, puesto que su fragilidad afecta a todos los mexicanos.
Así lo expuso el investigador Emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional, Diego Valadés, en la conferencia magistral “Propuestas constitucionales para remediar el Estado mexicano”, como parte de la Cátedra José Luis Lamadrid, organizada por el CUCSH.
La ausencia de cambios en las instituciones con déficit democrático, de gobernabilidad y deterioro institucional, abundó, repercute en toda la población, a excepción de quienes detentan el poder.
“Toda regresión tiene un alto costo que no afecta al gobernante y a su círculo, sino a los gobernados, a los 130 millones de mexicanos, que somos en quienes se proyectan los efectos de corrupción, inseguridad y el no saber cuáles son los límites del poder del gobernante, prevenir su conducta para actuar en consecuencia”, dijo.
Un ejemplo de la falta de institucionalidad es lo que pasa en Nuevo León con la lucha del poder entre el Congreso y el gobernador, quien busca aspirar a la presidencia del país; esto refleja el resultado de pérdida de institucionalidad en el país.
“Debemos detener la decadencia y la erosión de la institucionalidad; éstas son las tareas inevitables si queremos mantener la cohesión política y social, si todavía queremos rescatar el mobiliario antes del naufragio”, exhortó.
La causa fue el estancamiento, retroceso o regresión para la creación o reforma de instituciones impulsadas desde la década de los 70 y cuyo auge se detuvo en 1990. Explicó que el punto de partida de la riqueza institucional se remontaa la reforma de 1977 para traer elementos constituciones, asociaciones políticas, usos y prerrogativas de los partidos.
“De los cambios impulsados hasta la década de los 90 percibimos la desaceleración, la evolución de los cambios constitucionales para regresar a las viejas formas de la hegemonía política de los partidos desde el Presidente López Mateos”, sostuvo.
El detonante desencadenó un proceso constitutivo que, dos décadas después, frenó la transformación democrática de México y culminó en 1996; y hasta hoy se mantiene inerte. “Nos acercamos a las tres décadas de congelamiento evolutivo y se alimenta la imaginación dinámica constructiva contraria a lo que trajo la jurisdicción electoral, los procesos electorales o la Comisión electoral”, abundó.
Para modificar el rumbo del Estado de derecho, Valadés precisó que las propuestas como una nueva Constitución es el camino para descomponer una democracia como ocurrió en Chile, o la figura de la revocación de mandato propuesta en el actual gobierno federal.
“Un elemento es la inminencia de la revocación en 2019 porque, de lo que resulte, esta fuerza quedará con la capacidad para un estado de inquietud capaz de generar la tensión política para un resultado adverso”, explicó.
Para atender el proceso de déficit institucional, el ponente propuso atajar los caminos de la ingobernabilidad que plantea la infiltración de fuerzas delictivas en lo legal.
“Al apropiarse de la producción agrícola ganadera y forestal o en su distribución, los niveles de decrecimiento, en relación con la gobernabilidad, se están dividiendo”, dijo.
Además, sugirió la máxima transparencia para articular los gastos y la posibilidad de articular un diálogo entre discrepantes para el entendimiento, donde cada actor político que pierda algo también lo gane en relación con su adversario y los propios partidarios, esto, a fin de propiciar la gobernabilidad.
Atentamente
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Guadalajara, Jalisco, 2 de diciembre de 2023
Texto: Adrián Montiel González
Fotografía: Iván Lara González