Explica académica de la UNAM la importancia de la filología en los estudios de la memoria

Imparte Dra. Ute Seydel  Conferencia Magistral Ciclo 2022-B: “La filología en el contexto de los estudios de la memoria: una propuesta transmedia y transcultural”, organizada por la Maestría en Estudios Críticos del Lenguaje del CUCSH

 

“La memoria no vale nada sin justicia y muchos de los enfoques se han generado desde Europa. Las luchas de la memoria, también se han trabajado muchísimo en América Latina después de los procesos dictatoriales, pero creo que existe una combinación de enfoques, y de esto se hace un aprovechamiento contextualizándolo a cada lugar”, afirmó la Dra. Ute Ilse Seydel, profesora-investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al impartir la Conferencia Magistral Ciclo 2022-B: “La filología en el contexto de los estudios de la memoria: una propuesta transmedia y transcultural”.

Durante la conferencia, que fue organizada por la División de Estudios Históricos y Humanos, el Departamento de Letras y la Maestría en Estudios Críticos del Lenguaje del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), la académica de la UNAM, comentó que “una definición de memoria cultural podría ser una interacción del presente y el pasado, en contextos socioculturales, y esta definición parece ser sencilla de algo tan complejo”.

“Se habla de contextos socioculturales por la tradición de los estudios de la memoria, en donde algunos investigadores comienzan a hablar de memoria colectiva, con las implicaciones psicológicas, mientras que otros investigadores hablaban de la memoria colectiva desde la perspectiva sociológica, es decir, en marcos sociales”, enfatizó la profesora-investigadora de la UNAM.

La Dra. Ute Seydel explicó que “en consecuencia, se comenzó a hablar de memoria comunicativa y memoria cultural y en este tipo de separación existe un problema porque para nada uno puede separar la comunicación sólo para contextos de la vida cotidiana, porque nos comunicamos a través de artefactos cómo podría verse en la teoría de la recepción. La memoria cultural es la vida diaria, y también lo es la comunicación, a través de diferentes representaciones simbólicas, que se basan en diferentes artefactos o soportes”.

“Existen 5 aspectos fundamentales  de la propuesta teórica de Astrid Erll: de esta propuesta, en la que se desarrollan las teorizaciones desde las ciencias de la cultura y los estudios sobre los medios, se entienden los medios de la memoria cultural en sentido amplio, porque incluye textos literarios, periodísticos y de diversas disciplinas académicas, así como fotografías, películas, monumentos, artes plásticas, videoclip, etcétera. También se destacan las dinámicas que operan en el proceso de constitución de la memoria cultural”.

La académica de la Universidad Nacional Autónoma de México, mencionó que “Erll, a diferencia de otras teóricas, señala que se debe considerar la memoria creada en el discurso oral, la cual se articula en la comunicación cotidiana como parte de la memoria cultural y muestra que este tipo de discurso es constitutivo para la memoria cultural, y se genera de forma paralela y simultánea a la creación de artefactos que sirven de soportes tangibles para la creación del medio cultural. La noción de sitios de memoria, plantea que también los textos literarios, las películas y las imágenes con una amplia divulgación y recepción, pueden convertirse en memorias culturales”.

La Dra. Ute Seydel consideró interesante los cuatro modos de la retórica de la memoria cultural en textos literarios o filmes:, ya que “el Modo Experiencial se refiere a la representación dentro de un texto de la constitución de la memoria; el Modo Mítico el cual se refiere a la constitución en torno a los sucesos lejanos y fundacionales cómo podría ser la Fundación de Tenochtitlan; el Modo Antagónico, el cual presenta la memoria de un grupo social como verdadero y el de otro grupo como erróneo, esto es, decir ficciones de la memoria polifónicas; y el Modo Reflexivo que son ficciones de la memoria que incluyen reflexiones sobre la constitución de la memoria”, detalló.

“La influencia de medios en imaginación colectiva son la capacidad de los medios de dar información a la imaginación colectiva sobre el pasado. Tenemos procesos de rememoración de un medio que será lo intermediario, luego hay una memoria que se refiere a otras representaciones, ya sea en otro texto literario o en una película o en una fotografía o en una pintura. En el caso del olvido de reserva, debe postularse una existencia inconsciente del recuerdo, cualquiera que sea el sentido que se puede atribuir a esta inconsciencia”, agregó.

“Esta hipótesis de la preservación por sí constitutiva, de la duración misma, la que intento ampliar a otros fenómenos latentes hasta el punto en que esta latencia pueda considerarse como una figura positiva del olvido, es a lo que ella se refiere, como olvido de reserva. Los marcos sociales de la memoria colectiva son la familia, el vecindario, el trabajo, las instituciones educativas y las comunidades religiosas”, enfatizó la Dra. Ute Seydel.

“Los marcos sociales de la memoria colectiva, sirven para reafirmar el discurso de la memoria, y aquí hay una interacción constante entre memoria individual y colectiva, en donde la comunicación cotidiana constituye un marco social de memoria. También esto puede llevar a la evocación de los recuerdos en torno al pasado. Para recuperar marcos sociales que ya se pensaban hasta cierto punto perdidos, los cuales a la hora de recuperación, los marcos sociales activan los recuerdos latentes que permanecieron en lo que se llama el olvido de reserva”, finalizó.

 

 

 

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