Explican académicos del CUCSH y Tec de Monterrey el lugar que tienen las pasiones y emociones en la filosofía

La División de Estudios Históricos y Humanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), mediante el Departamento de Filosofía y la Academia de Historia de la Filosofía, llevaron a cabo la conferencia: “El Gobierno Epicúreo de las Pasiones. Sobre la concepción de responsabilidad y regulación de las emociones en el epicureísmo”, que fue impartida por el Dr. Jorge Antonio Bárcena Reynoso de la Escuela de Humanidades y Educación Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro.

La conferencia fue moderada por el Dr. Pietro Montanari, profesor-investigador del Departamento de Filosofía del CUCSH. Durante su intervención, el Dr. Jorge Antonio Bárcena Reynoso, explicó su interes por el estudio de la filosofía antigua, “particularmente en todo aquello que tiene que ver con la relación entre la ética y la terapia”.

“Mi interés se centra en la dimensión psicológica y terapéutica de la ética. En concreto, me interesa mucho el planteamiento del desarrollo humano que se da en el contexto de la ética de la virtud, eso comienza filosóficamente hablando desde Sócrates, pasa por Platón, por Aristóteles, por los cínicos, por los epicúreos y estoicos”, destacó.

Señaló que el tema de su conferencia, “es una reflexión y un análisis sobre el lugar que tienen las emociones en la filosofía. Sobre el lugar que tienen las pasiones en la filosofía epicúrea, es decir, en la vida filosófica, placentera y feliz que es la propuesta del arte de vivir del epicureísmo. Observo que hay una apreciación muy interesante del análisis de la filosofía antigua sobre el mundo de las emociones”.

Agregó que “algunos psicólogos y neurocientíficos suponen que en el mundo antiguo las emociones eran vistas como reacciones viscerales, como elementos irracionales, como obstáculos para poder tomar decisiones sensatas, decisiones racionales y por lo tanto impedimentos para la sabiduría y para la vida feliz”.

El Dr. Jorge Antonio Bárcena destacó que “esta apreciación negativa de las emociones no sólo estaría en el mundo antiguo, sino que también estaría en filósofos en otras épocas históricas como por ejemplo en Kant. Creo que existen coincidencias interesantes entre la apreciación moderna de las emociones y la apreciación antigua de las emociones, esa visión reducida no ayuda mucho para encontrar esas semejanzas”.

En su reflexión, el académico explicó que “es justamente lo contrario la interpretación moderna de las emociones, ya que tiene unos vasos comunicantes muy claros, unos vínculos muy claros con la filosofía antigua. Los griegos siempre estaban hablando de estos temas, de la continencia y la incontinencia, es decir, hablaban de como en los seres humanos la voluntad debilita la capacidad de ordenar los términos, los deseos, las conductas, pero que existen seres humanos capaces de dominarse a sí mismos, que son capaces de controlar sus emociones”.

El Dr. Jorge Antonio Bárcena Reynoso subrayó que “todo el arsenal de nociones de la filosofía antigua, desde Sócrates, Platón y Aristóteles, tiene mucho más que ver con la regulación emocional, que con el reprimir las emociones. ¿En qué que sentido somo responsables de nuestras pasiones? ¿son las pasiones elecciones y rechazos? ¿son todas acciones u obstáculos para la vida feliz?. El concepto de Epicuro se basa en la responsabilidad causal de la gente, que sólo puede ser responsable de lo que causalmente viene de ti”.

El Dr. Jorge Bárcena dijo que “a partir de ese planteamiento me parece que este supuesto está implícito en la responsabilidad de las emociones, porque esas pasiones dañinas son respuestas cognitivas y afectivas que provienen de nuestra disposición de ánimo, que están ligadas por nuestras creencias y nuestros prejuicios y no son, entonces, reacciones viscerales. No somos responsables solamente de lo que sentimos, se trata en el fondo de hacernos responsables de regular nuestras emociones”, concluyó.  

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