La naturaleza viaja a la ciudad: “100 años, mi historia es natural” llega al CUCSH

Por primera vez, la colección biológica itinerante “100 años, mi historia es natural” visitó el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara, llevando consigo más de mil especies de plantas, hongos y animales provenientes de México y distintas partes del mundo.

En la inauguración del evento, estuvieron presentes la Dra. Patricia Córdova Abundis, secretaria académica, en representación de la Dra. Dulce María Zúñiga Chávez, rectora del CUCSH; la Mtra. Esperanza Marcela Hernández Aguayo, coordinadora de Fomento al Desarrollo Integral; el Dr. Luis Eugenio Rivera Cervantes, responsable de la Colección Biológica del Centro Universitario de la Costa Sur; el Mtro. Jerónimo García Caro, coordinador académico de la Preparatoria No. 8; y la Dra. Lorena Manresa, coordinadora de Servicios Académicos.

La Dra. Patricia Córdova dio la bienvenida al gremio universitario y destacó la riqueza de la multidisciplinariedad que impulsa este tipo de eventos en la generación de ciencia y conocimiento. Subrayó la importancia de recuperar la experiencia histórica de este saber y hacerla tangible a través de este recorrido itinerante e interdisciplinario, que contribuye a fortalecer una identidad profundamente humanística.

Además, se dio la bienvenida a las y los estudiantes de la Preparatoria 8 de la Universidad de Guadalajara, reafirmando el vínculo de colaboración entre ambas comunidades. Este tipo de actividades fortalecen el lazo de padrinazgo establecido a través del programa “Adopta una Prepa UdeG”.

La muestra fue presentada por el Dr. Luis Eugenio Rivera Cervantes, profesor e investigador del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), con sede en Autlán de Navarro. Esta colección cumple 18 años de existencia en octubre, ha sido multigalardonada y se ha convertido en un referente internacional de educación ambiental y conservación de la biodiversidad.

Una colección que recorre el país

Desde su creación, esta exposición ha visitado más de 50 municipios de Jalisco, además de dos en Colima y dos en Michoacán, alcanzando a casi 200 mil personas. Se trata, según el Dr. Rivera Cervantes, de la única colección biológica itinerante en América Latina y el Caribe, una iniciativa que rompe esquemas al llevar la ciencia y la naturaleza fuera de los museos y laboratorios y que es orgullosamente UdeG.

“Vamos a comunidades indígenas, escuelas rurales, plazas públicas. Lo que queremos es que la gente conozca la riqueza biológica que tenemos en el occidente de México y aprenda a respetarla, porque para amar y respetar algo es necesario conocerlo”, explicó el biólogo.

Romper mitos y despertar conciencia es uno de los objetivos de la muestra “La exposición busca mucho más que mostrar ejemplares. Su propósito central es cambiar percepciones y derribar mitos sobre la fauna silvestre”, comentó. Además, añadió que “hay creencias muy arraigadas, como que las lechuzas son brujas o que todas las serpientes son peligrosas. Aquí las personas pueden tocar, observar y aprender que no todo lo que se ve diferente es malo”.

Entre los ejemplares que se presentan hay invertebrados marinos y terrestres, plantas, mamíferos, aves y reptiles, incluidos algunos que fueron rescatados de situaciones de riesgo. Las especies inofensivas, como ciertas serpientes y tarántulas, pudieron ser manipuladas por el público bajo supervisión, lo que generó una experiencia interactiva y educativa.

Otro de los fundamentos de la muestra es el educar desde el asombro. El investigador subrayó que el contacto directo con los organismos es fundamental, sobre todo en la infancia.

La exposición también busca combatir la pérdida de biodiversidad, un problema que, según el Dr. Rivera Cervantes, muchas personas no dimensionan hasta que observan especies que antes eran comunes y hoy casi han desaparecido.

Un llamado desde la ciencia y la empatía

A lo largo de sus 18 años, la colección ha sido reconocida con premios internacionales por su enfoque innovador de divulgación científica. Sin embargo, su creador lamenta que se conozca más fuera que dentro de la propia universidad.

“Nuestra gente en la ciudad está muy desligada de la naturaleza. Apenas ven algo que no conocen y lo matan. Hay que reconectarnos con el entorno y dejar de ver a los otros seres vivos como una amenaza”, enfatizó.

La muestra invitó a estudiantes, académicos y público general a redescubrir la vida que habita el planeta y a reflexionar sobre la urgente necesidad de protegerla.

“100 años, mi historia es natural” no solo exhibe la diversidad biológica, sino que propone un cambio profundo: volver a mirar con respeto aquello que sostiene nuestra propia existencia.

Escrito por: Abraham Mendoza Cabrera
Fotografía: Fabián Robles
Fuente: Difusión CUCSH